Período de adaptación

- esto no es el sol!!-

Bienvenidos al Rancho de Ramón del Valle de Uspallata.

Sagrada posta transitoria entre nuestro presente y una anhelada futura casa de campo y montaña; entre nuestras cómodas costumbres citadinas y las peripecias de una vida agreste.

El único y mas destacado servicio que se ofrece en la posada es un techo: 

sin conexión a la red eléctrica, sin gas entubado,sin teléfono ni señal de celular o internet.

Cuenta con un generador eléctrico a nafta, el cual serviría para proveer de luz eléctrica a todo el rancho; pero, quien quiere luz con una luna llena que enciende el cielo? O semejante ruido de motor, pudiendo escuchar el graznido de los patos en la laguna? 

Fundamentalmente lo usamos para hacer funcionar la bomba y llenar el tanque con el agua de vertiente que corre en un arroyo a unos metros de la casa... cuando hay, claro, porque cuando llegamos estaba seco.

Pero dos excursionistas todo terreno como nosotros, con poco, hacen mucho: 

con gasoil en la camioneta y tres baldes con capacidad para diez litros de liquido cada uno, solucionamos el problema de la falta de agua para uso corriente e higiene, extrayendola de un canal que corre a 2 kilómetros al sur.

Por lo demás, con algunos lujos que ofrece el dinero -como una garrafa, agua potable envasada, hielo para la conservadora- y luego de un buen baño de "fuentón y jarrito", ya estábamos como en casa.

Así, los tres primeros días "de adaptación", nos mostramos a nosotros mismos que pocas cosas son realmente necesarias para disfrutar, ademas de la mutua compañía.

Eso tiene de maravillosa la vida cuando se la deshoja hasta sus estados mas austeros y -si se puede decir- salvajes: nada esta dado, y lo que si, es bendición.

Finalmente al cuarto día de estadía, el agua bajo y el arroyo se llenó.

Cosas a destacar esta primer semana en el Valle:

Nos bautizo la temporada con días de sol y tardes de tormentas, no menos amables, que nos hicieron hueco entre las nubes y el agua para cocinar dos cenas a la parrilla y disfrutar el plenilunio;

El co-habitante de ya 18 semanas se hace notar cada vez mas a la altura de mi ombligo y soy feliz de estar viviendolo donde estoy (y decir esto es mi mayor redundancia... siempre); 

El solsticio estival con flores alabando al sol por donde se mire;

Y mi entrada triunfal por la puerta grande al Este... el arcoiris.

Los abrazo desde el lejano Oeste!