Herramientas de la Creatividad - La caminata

 

 

Siempre digo que la creatividad no se encuentra supeditada al manejo elocuente de un arte. La creatividad es, para mi, el talento para resolver situaciones a través de nuevos caminos: la creatividad se despliega en la vida cotidiana...

También descreo de aquellas voces que afirman que "creativo se nace". He comprobado que la creatividad puede practicarse como un método, un método de vida, el cual una vez instaurado debe ser cultivado. 

Existen muchos recursos para tal menester, y uno de mis preferidos es la caminata.

Al moverse espacialmente se acomodan las piezas del plano mental por sí solas: uno se desliza por el escenario y surgen nuevas visiones, o bien, nuevos puntos de vista para las cuestiones preexistentes. 

En general siempre usé la caminata como herramienta para el proceso creativo que concierne a mi trabajo.

Para gestar ideas, para redondearlas, para alejarme, tomar envión y embestirlas mas tarde... o quizás, desprovista de ellas, perderme en el mapa para que me encuentren.

He aquí que por el momento, mi labor creativa corrió su foco de las artes plásticas y oficios manuales, hacia un aspecto mas domestico: ser mamá. 

Cuando expreso mi intención de "ser creativa como mamá", no me refiero a nada demasiado excéntrico; sólo tener el suficiente oxigeno en sangre para cargar a un pequeño casi permanentemente y para, en caso de necesitarlo, poder mandar dicha reserva al cerebro en una gran inspiración de paz, cuando siento que el aprendizaje tan comprometido de los días no da respiro. El oxigeno necesario para relajar mis terminales nerviosas, que algunas veces  pueden confundirse fácilmente con las púas de un "puerperioespin".

Es entonces que hoy, con nuestros tiempos y necesidades mas acomodados, y reconociéndonos como una prometedora dupla de aventuras (de hecho creo que siempre lo fuimos, desde aquellos "días de panza"), con Boris salimos. 

Y caminamos. 

Y extramuros el sol... los pájaros... las semillas... algunas flores y frutitos. El viento fresco en mi cara y el calor de mi pecho donde él reposa su carita. 

Todo ese cuadro que se pinta a mi alrededor me llena el espíritu, el imaginario se enriquece. 

Mi mente se despeja, mi cámara dispara, mi libreta toma apuntes... 

El corazón galopa a sus anchas, acunando con su sonoro ritmo a un niñito cada día mas despierto, que merece no menos que todo mi talento de encontrar nuevos y creativos caminos, para dar juntos un paseo por la Vida.

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