Set lunar

De un tiempo a esta parte, me estoy abocando mas al tipo de trabajos a pedido que a la producción. En principio cuadraba mas con la organización de mis tiempos y era una vía práctica de encauzar mi labor creativa; pronto descubrí que ésto, mas que una mera solución pragmática, era ni mas ni menos el mejor de los lujos que me puedo dar. Solía pensar que el mayor premio a mi labor creativa era que alguien pagara por mis piezas -ver para creer, y eso esta muy bien-; pero la confianza ciega de quien conociendo lo que hago, deje en mis manos la potestad de la creación libre, con la certeza  de un resultado idóneo a sus expectativas... eso no tiene precio: creer para ver. 

En el mes de Géminis me encargaron un dije para un hijo de Mercurio, con Venus en Tauro. Algo especial para alguien especial: un hombre que además de repostero, aficionado al arte del bonsái y astrólogo amateur, es sacerdote en la tradición de La Diosa (religión pagana celta). 

Inmediatamente cuando recibí el pedido mi mente hizo las conexiones echando mano de mi propia historia... qué es una pieza, sino un reflejo del mundo visto desde mi silla?

La consigna, evocó aquel brazalete que me hice como pieza ritual, en vísperas de mi parto. No es curioso, hablaba de ciclos y para hablar de ciclos, yo miro al cielo y leo (♌) a la la gran diosa: la Luna. 

La única condición del encargo fue que llevara una malaquita, y eso, perdónenme, pero déjenme celebrarlo. Si... yo se... yo se... la vida y su dialéctica forma de unir una y otra vez los mismos puntos, para lograr los aprendizajes que nos ponemos frente a nosotros... lo se, pero igual... (sonrío cómplice) ...me asombro: "casualmente" después del nacimiento de Boris trabajé unos meses con malaquita -la que sella los procesos-. Así, cuando el diseño estuvo listo, el concepto no sólo cerró, sino que encontré dentro mío su por qué: un antes y un después, un parto y un nacimiento. Allí, en su mas amplia expresión, los ciclos de La Diosa.

Había pasado exacto un año y, sin proponérmelo, estaba realizando otra vez una pieza ritual, que aunque no era para mi... el proceso creativo siempre es agua que mi alma ha de beber.

Plata
Malaquita 

La inspiración llegó y me encontró trabajando, para el orgullo de Picasso. No se si porque, como buena ascendente en Cáncer, trabajo en casa, o porque el aura de mi niño que también lleva a Venus en Tauro, me infunde esa debilidad por los placeres terrenales, me lleva a buscar belleza en lo ordinario cotidiano; o fue el trance del novilunio que me impulsó a embarcarme en un área que no había explorado antes: los enseres domésticos. 

Una cucharita. 

Una cucharita nacida para no ser cualquier cucharita. Sino una de esas que cuando revuelven el te caliente, hacen girar el mundo y evaporan emociones. Una de esas... Una cucharita lunar. 

Ésta sí era para mi, entonces le grabé la constelación de Virgo debajo de la lunita creciente, porque así estaba el mapa estelar el día que Boris me hizo mamá.

Plata
Bronce

Y como todo esto ya es bastante, un pequeño dije con moonstone -porque nunca está de mas una adularia en el ajuar de toda mujer/hombre, no importa raza o credo- para terminar este set lunar.

Plata
Moonstone