Conocer la selva


































* el paisaje de mi infancia tiene huellas de pies descalzos en la tierra colorada. Son recuerdos cálidos, de 30 grados a la sombra, agarrotados de detalles coloridos, texturados, olfativos, rebosantes de vida como la selva. Son de esas cosas especiales que uno guarda en el corazón. Es curioso cómo uno no se hace a la idea de cuán vivos están esos recuerdos... hasta el momento en que se tiene un hijo y las infancias se encuentran.

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© SubliMeli
Maira Gall