Lugares que trae el tiempo


Volví a este lugar porque el tiempo me trajo. Hay lugares que no son físicos, son a veces los que uno mas extraña, incluso no habiendo estado allí nunca. Ni con el cuerpo, ni con el sentir. Uno los añora.
Para mi el lugar por excelencia, es el hogar. Claro que cuando los límites se desdibujan es difícil encontrarlo: qué es el hogar? Es el hábitat, el abrazo, un olor, el contraste del calor adentro con el frío afuera, es reunión con otros, es soledad con uno? Los lugares son tan personales, cambian, o se vuelven esquivos cuando cambiamos; hay que resignificarlos de tanto en tanto, y a veces de tanto que los amamos tenemos que irnos, para volver, y sentir que estamos otra vez en casa.

Dejé de escribir para crecer, para reescribirme. Solía documentar todo en cuadernos, listas, fotos. La vida es tan bella, intensa, misteriosa... supongo que temía que se escurriera de las manos. 
Luego el tiempo rompió mis represas. El tiempo es como el agua, como el amor, como los hijos: no puede ser retenido por mucho empeño que pongamos. Y eso esta bien.
Esta bien perder de vez en cuando a manos del tiempo.
Por suerte, el tiempo tiene esa doble cualidad de vaivén. Se lleva algo y luego trae otra cosa. Como el mar, como las estaciones, como las generaciones. 
Volví a este lugar, es otoño y estoy en casa. Gracias por estar aquí.

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© SubliMeli
Maira Gall