Luna de Abril

Por esos caprichos de los misterios, los seres humanos tenemos memoria, y podemos invocar recuerdos; aquí uno de los mas bellos que pude fotografiar en el Valle.

Estos días, estuve dibujando astros y glifos Mayas, una de las estirpes de observadores del cielo (por no decir viajeros) mas maravillosas de la historia de la civilización. Chequeando el almanaque lunar y recordando; trayendo el agua a la orilla y llenando mi corazón.
Luna creciente. En la ciudad no se estuvo dejando ver -estuvo nublado y lloviendo- pero se sintió. Si hay algo, para mi, propio de esta Luna, es su característica de condensar, acumular... hasta llenarse y soltar, retirarse, en sus fases siguientes. 

Me reconozco como una "seguidora" bastante aplicada de la Luna. Tengo mi temporizador interno programado con sus ciclos. Hasta que un pequeño sol no estuvo anidando dentro mio, mis ciclos lunares iban de luna creciente a luna creciente. Mas eficaz que un reloj. 

Recordé la luna creciente del pasado septiembre, esa que estuvo adornada el 8 por Venus; pienso que era la imagen de la sonrisa y el guiño, que desde el cielo me contaba lo que aun no sabíamos: hacía 2 semanas que éramos 3. Encontré una foto que tomé ese día -aunque Venus ya estaba por detrás y no salió fotografiado-; era domingo, Estrella Cósmica Amarilla.

Cuando miro atrás lo vivido, me asombro de cómo las cosas en nuestros caminos siguen un hilo, que a veces permite ser seguido y otras, simplemente, imaginado... como las imágenes en las constelaciones. De cualquiera de las dos formas, no quiero pasar por alto lo que me traen, desde lo profundo, mareas como estas. 

"...que seas tal cual sos, que es por lo que te amo..." me escribió.

No me quiero endurecer y dejar estas cosas pasar. Prefiero escuchar pasar la Luna con su palo de lluvia, suavemente...

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