El Origen




Trabajar, por la naturaleza creativa de mi oficio, es un oasis del cual mi alma bebe. Es como soñar: allí elaboro y resuelvo simbólicamente mi vivencia -personal, histórica, biológica- como ser humano. 
Hice tres piezas de construcción simple; cazuelas de plata, rellenas con resina blanca y con unas hojitas de cobre esmaltado contenidas en ellas. Las terminé una noche y a la mañana siguiente -teniendo en cuenta que no hubo ensayo previo- me sorprendió verlas: la resina ya solidificada tenia el color y la lozanía que si hubiese perseguido, no hubiese alcanzado. 
Pero mas allá de las cuestiones técnicas de terminación, el resultado estuvo en total consonancia con lo que la parte de mi ser que se expresa, necesitaba sublimar. Tenían "alma", y bien saben todos que el alma no se busca, nos encuentra.



Estas piezas tienen mucho que contar, de regreso -o de ida- al punto de partida. Para cerrar con esta serie, volví al origen: el origen del verde. Siempre vuelvo al origen; siempre volvemos, porque el alma necesita volver. Paradógicamente el comienzo de esta serie, que llamé "retrospectiva de un tiempo fértil", funcionó como la conclusión de un proceso personal de vida; dicho ésto, no es curioso que en el punto en que le doy muerte lo haga hablando de un nacimiento.
Tendiendo un puente entre lo abstracto y lo figurativo, en el punto mas ajustado que pude calibrar, éstas piezas simbolizan un "pasaje", de un estado a otro de la materia, como cuando el nacimiento se da lugar.
Aluden a las aguas gestacionales.
Son el agua y a la vez la contienen y dan forma. Contienen la forma que nace del vacío. Como el útero. 
Personalmente encuentro en ellas el eco, como si escuchara dentro de una caracola, que narra la historia de una mujer que sumergida en la transformación del nacimiento, emerge madre, del océano de lactancia y vislumbra la orilla por primera vez. Las nuevas formas que toma su vida; la celebración de la vida que la hace íntimamente participe.
También son la savia, la leche, el alimento primordial.
Tienen la gloria de los brotes verdes que emergen de la blanca nieve de un invierno que se hace agua, por el calor del sol; para luego volverse savia.
La gloria de los pechos generosos de una mujer que amamanta.

PLATA BRONCE
COBRE ESMALTADO
RESINA
CORAL
Voy a seguir el camino que marcan las cuentan de color, de coral, como los pimpollos de primavera siguen el sendero a los frutos del verano.

6 comentarios

  1. Tantas sensaciones juntas entre imágenes y palabras; que brotan y emergen tan plenas y simples... Gracias!!

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  2. Siempre lo pienso: que hermoso es tu trabajo.
    Y además ahora qué lindo es leerte uniendo tu vos a las palabras y tu presencia entera a los fragmentos virtuales :)
    Un abrazo!!!
    Ana

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    1. Qué linda Anita! Gracias! Lo mismo digo... ahora estas aca y en la canasta de juegos de Boris ♥

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  3. Qué belleza lo que hacés, tu trabajo es hermoso y lleno de significado.
    Cómo es eso que el alma nos encuentra? Me dejaste pensando...
    Besote :o)

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  4. Gracias! lo del alma...jaja, no se, pero creo que si pienso que poseo un alma, le quito "eso" que la hace tan preciada. Prefiero creer que sigo su rastro y que algún día, en algún descuido, ella me encuentre :) Por divagar nomas...

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© SubliMeli
Maira Gall