Cómo hacer un Jardín Zen en sencillos pasos

por Boris









Para ello necesitamos:
unos pocos minutos, 
una madre distaída,
sal.

Vertemos el contenido del salero en el piso con movimientos rítmicos -similares a los que los adultos utilizan cuando salan la comida-.
Necesitamos una capa lo suficientemente gruesa como para que las improntas dactilares tengan la textura y el dramatismo que nos trasporten a un estado de meditación profunda. Para ello testeamos con el dedo, claro.
Si hiciera falta agregamos mas material.
Podemos probar también con los dedos de los pies, después de todo el momento artístico debe poseernos holísticamente para que la musa se manifieste.
Recomiendo no detenernos mucho en los detalles, no sólo para lograr una obra desenfadada en la cual podamos leer nuestras pulsiones mas inconscientes, sino también porque la distracción de una madre no dura mucho.
Recuerden, esto es arte efímero, les sugiero tengan una cámara fotográfica mas a mano que una escoba.

7 comentarios

  1. jajjajjaja
    me fuí al texto y con la imágenes no entendía nada....jajajjaja
    genial, como la vida misma!!!!
    bss

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  2. ¡¡¡Ayyy que lindo Boris!!! va viendo cosas nuevas como la sal...y después vendrán los rollos de cocina o papel higiénico...las temperas...los CD y te puedo llenar de ejemplos, pero mejor descubrí cada uno de ellos junto al peque jajajajaja.
    Abrazo sureño Meli y millones de besos para el descubridor del solcito tibio. María Florencia

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    1. Si!!! En algunas de las cosas que mencionas ya incursionó. Que lindo saber de vos! Besos!

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  3. Me encantoooooó!!! me reí mucho!!! ahí se evidencia tu gran sabiduría al no dejarte llevar por el enojo y transformarlo en un post creativo!! buenísimo!!!

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© SubliMeli
Maira Gall