...y tiempo para que pasen cosas buenas.

"Si quieres disfrutar de una hora de buena pintura, necesitas disponer de cuatro horas seguidas sin interrupciones" 
Bushnell Keeler

Eso.
Tiempo. Tiempo para crear, descubrir, disfrutar, experimentar.
Tiempo para que pasen cosas buenas.

Aunque amo mi trabajo y me dedico a trabajar de lo que amo, hay muchos velos que coartan el florecimiento de la creatividad en su estado mas puro. Estoy condicionada para que lo que hago sea utilitario, sea vendible, sea rentable. Eso me coloca siempre en una misma vía y las posibilidades dejan de brillar. 
Asi es que me puse de cara a dedicar tiempo -mucho- "productivo" en la experimentación pura de ideas y materiales nuevos, con una guía, por el puro placer de crear -aunque debo reconocer que fue una decisión por completo intuitiva, dado que desde el intelecto dichos condicionamientos no me hubieran permitido abocarme tan libremente a tal fin-.
La experiencia fue como mínimo revolucionaria a todo nivel y sentí que estalle en millones de partículas que luego del caos de la explosión quedaron flotando suspendidas en el aire, ordenadas de una forma que muy de a poco comienzo a decodificar.
Lo que si salió a relucir y creo que mas allá de otros detalles no menores, es la clave por sobre todo, la llave maestra, es el tiempo.

Cuál es la noción de tiempo que tenemos? 
Dos meses no es nada en una vida de 34 años como la mía, pero es mucho para la vida de un niño de 3 años como Boris. Cuando un trabajo me insume demasiado tiempo él lo percibe como ausencia; recuerdo una tarde de domingo en que yo trabajaba, lo escuché decir en la otra habitación "papá, echo de menos a mamá... y hacer pompas" (punto 1- si, sufre el mal de esta era: habla en neutro ; punto 2- la escala de valores en la que acto seguido de mi presencia, sigue el hacer burbujas de jabón, es de lo mas sincero que oí en mi vida). De aquí se desprende un planteo filosófico, quizás un gran tabú alrededor del rol de la mujer-madre-artista actual, que es eso, en sí mismo: ser mujer-madre-artista. La culpa versus el sano egoísmo de darnos tiempo para nosotras, para la obra artística.

Y otra cosa, cuánto tiempo es tiempo?
Si me preguntan a mi la respuesta mas acertada podría darla sólo si prometen escucharla poniendo toda su creatividad al servicio. Ok, ahí va: necesito una semana como mínimo, como máximo quién sabe, durante la cual me desdoblaría en dos yo, con una misma conciencia. Una se desembolvería normalmente en sus quehaceres y rutinas habituales, amando, siendo y viviendo como siempre, y la otra viajaría lejos, donde la inspiración lo requiriera, y se dedicaría a desollar esa idea que puja por salir a la superficie.
Les dije. Hay que esforzarse.
Mientras tanto en un estado mas rudimentario de mi persona en el cual aún no se admite tal sublimación de la materia, hago lo que puedo. 
Pero me di cuenta que hay una gran verdad escondida en esta frase aparentemente tan simplista, y es hago y puedo.
Si sumamos a esto tiempo, es una ecuación palpable y realista, que cierra por donde la miremos. 
Puedo hacerme el tiempo.
Listo. Es toda una autorización, de la mayor autoridad que tenemos, que somos nosotros mismos.
Hacerse tiempo es poder.

Y lo último, qué hacer con ese tiempo?
Bueno, nada. O muchas cosas que no necesariamente tienen  que tener un fin.



Unos lunes atrás, estaba muy agotada del fin de semana, pero era lunes y ustedes saben cómo son los lunes "arranco con todo, empiezo la dieta, me pongo al día...". 
En fin, dejé todos los deberes de lado, a Boris en el jardín y me fui al parque, con el mate, la cámara, el cuaderno.
Llegué al parque, caminé hasta encontrar un sitio agradable, saqué algunas fotos, tendí la lona, me cebé un mate, me puse los auriculares y me tiré de cara al sol. Me saque los anteojos; qué liberador se siente... Es como decirle a la mente "circule, aquí no hay nada para ver!". Cerré los ojos, el corazón agitado golpeando en la espalda, la tierra sosteniendo mi peso. No se cuánto tiempo pasó -debería multiplicarlo por las veces que escuché esa canción-, pero abrí los ojos por las dudas, para ver si el mundo seguía ahí afuera donde lo había dejado. A unos pocos metros míos vi un tero que en la quietud se había acercado lo suficiente como para sentirse infraganti ante mi repentina resurrección. Me moví lo menos posible, lo mas lento posible, intentando contener la risa que me causaba la situación, para extender ese momento de cercanía. Pero para él bastó que lo descubriera y despacito se alejó, como quien mal disimula lo obvio.

Lo ves? Tiempo para que pasen cosas buenas.














8 comentarios

  1. Estoy en plena crisis del deber-hacer.
    Me llega justo a tiempo tu post.
    Gracias.
    Un beso.

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    1. Gracias a vos por leer. Todo pasa. No dejes de hacer! ❤

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  2. El tiempo-no tiempo, el hacer-no hacer, me recuerda a las cartas, a los libros, a las fotocopias vía correo y a ese pequeño mundo que creamos una vez....y sí, es el tirano reloj que nos corre de lugar.
    Pero tu sentir y el mio están cercanos e intactos, como hace tanto tiempo :)♥

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    1. Ay amiga! cada vez que abro el blog para escribir, para leer, es buscando esa sensación... de búsqueda! que no se apague esa llama y estemos siempre juntas charlando en su abrigo ♥

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  3. Que lindas reflexiones.. que bueno poder hacerse ese tiempo para uno, de simple disfrute y dejar fluir todo..
    beso

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  4. Tiempo de no hacer en el mundo material pero sumergirse o enterrarse en lo profundo de si misma y dejarse ir hasta que eventualmente encontramos otro cauce subterráneo de agua limpia y creativa que nos estaba esperando. Saber dejarse ir es la otra mitad de la tarea del artista. Después, alimentada de ese caudal, re emerger y plasmar en el hacer. No tan fácil cuando se esta maternando pero bueno! Ahi estamos :) Algún dia tomare clases con vos Meli! Amo tu trabajo y tus palabras siempre!

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    1. Ay! qué lindo ida y vuelta! Espero entonces nos podamos hacer tiempo para crear juntas!

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© SubliMeli
Maira Gall