Invierno y mar


Vacaciones de invierno.
Aunque la tarea de ajustar lo vincular en la familia, que cambia conforme crecemos, nunca acaba, entre los espacios personales y compartidos empieza a circular algo de aire. Y así debe ser porque cada vez siento que disfrutamos mas, y cada vez que volvemos de vacaciones, tengo la sensación de que esas últimas fueron las mejores -si, aunque "la foto familiar" denoté tortura, la pasamos cada vez mejor-.
En julio volvimos a Cabañas Aires del Sur, en Chapadmalal, donde pasamos las vacaciones de invierno del año pasado. Misma cabaña, mismos paseos, como instaurando rituales. Tiene un plus volver a un sitio conocido: se gana en la adaptación. Al conocer el lugar se empieza a disfrutar antes.
Esto no quitó que descubriéramos nuevos rincones de interés y alimentáramos nuevos intereses descubiertos desde la última vez que estuvimos ahí.
No. Aún no logramos que la salamandra quede prendida toda la noche. Pero le encontramos otras funciones :)


































Me gusta esa sensación de volver a aquellos lugares que por ser escenario de momentos felices, se vuelven queridos. Veo que Boris se siente confiado, refuerza vivencias del corazón. Me gusta la idea de que estos momentos lo puedan abrazar algún dia con cálidos recuerdos, que sean un sitio dentro suyo donde volver si lo necesita, y sentirse cobijado. 








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© SubliMeli
Maira Gall